viernes, 17 de abril de 2020

Necesidad de hablar de la familia


130 medidas imprescindibles de apoyo a la familia








Hablar de la familia hoy en día es un desafío, un reto para nuestra vida y fe cristianas. 


Los entendidos dicen que la familia es el “núcleo de nuestra sociedad” y que sin familias no habría sociedad o, por lo menos, cierta organización social.

A largo de este blog no vamos a contentarnos con presentar la problemática de la familia bajo un barniz social. Iremos más allá. Nos adentraremos en los valores humanos y cristianos de la familia, en la responsabilidad de cada miembro familiar.

Contemplaremos la verdadera formación en el seno de la familia y los problemas que la rodean actualmente. Todo ello se presentará desde un punto de vista cristiano y desde los valores humanos.

San Juan Pablo II, el 5 de junio de 1979 decía en Czestochowa, ante la Virgen Negra: “Debo la vida, la fe, la lengua, a una familia polaca. Que la familia no deje jamás de ser fuerte con la fuerza de Dios. Que supere todo cuanto la debilita, la destroza, todo cuanto no le permite ser verdadero ambiente de vida y de amor”, elocuentes palabras del Papa polaco.

Y es que la familia necesita hoy más que nunca de nuestra defensa. Las familias viven en una “atmósfera de desconcierto”, sin un destino aparente en la educación de sus hijos, junto con desaveniencias profundas en la convivencia diaria, falta de diálogo, de comprensión, de encuentro mutuo. 

Se ha perdido el norte de la autorrealización como persona en el seno de la familia y, por ello, se buscan otros sustitutos de la familia o sucedáneos.

Karol Wojtyla y otros muchos pensadores actuales remarcan la importancia fundamental de la familia como “constructora” de nuestra sociedad. La familia es transmisora de valores humanos y cristianos, forma personas que regirán el rumbo de la sociedad futura, engendra profesionales para el mañana.

No debemos cerrar los ojos ante los problemas que acechan a nuestras familias. El valor de la familia se haya hoy día amenazado por presiones sociales y económicas. Tanto la industria abortiva como la del preservativo lo saben muy bien. 

La familia es necesaria no solamente para el bien de cada persona, sino también para el bien común de toda sociedad y nación.


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